lunes, 12 de marzo de 2012

25M

He estado de viajes, evadiéndome del mundanal ruido. Y ruido es lo que escucho, tras mi regreso, a cada hora  en la radio y en la televisión. Ahora, banderolas unen farola y parece que desunen sentimientos. Conocidos carteles nos muestras a auténticos desconocidos sonrientes, mientras nos hacen sombras al pasar bajo ellos. Nos ensucian fachadas; son los únicos capaces de empapelar ladrillos olvidados, causantes de viejas alegrías y dadores de dolores del hoy. Cuelan sus palabras bajo nuestras puertas prestadas y sin candados oxidados. Utilizan su retórica barata, disfrazadas de palabras consoladoras. Tienden sus manos abrillantadas sin callos que las decoren. Y te muestran el final del túnel por el que se aproxima un tren a toda marcha que cambian de sentido y con el que nos daremos de bruces. Un puñado de huesos, machacados por hierros invisibles del que solo veremos el humo al compás del viento.
Estos también son palabras disfrazadas, porque detrás de ellas hay más que un simple hormiga poeta. Tras las palabras vagas, torpes y cansadas, no se esconde más que un ser lastimado por aquello que dice llamarse democracia. ¿Democracia? ¿Qué es eso de la democracia? 
"Demos gracias", al menos, que aun nos queda algo de los que no nos pueden desahuciar: las ideas y nuestros sentimientos. 
Decía Arenas, "voy a gobernar para todos, para los que me votaron y para los que no". Y digo yo, ¿por qué? ¿Por qué, señor Arenas?, ¿Y yo?, ¿qué te he hecho yo? Si yo lo que quiero es que usted no gobierne para mi ni en mi. Si yo no te compro, si yo no te voto, ¿por qué tiene este hombre que ejercer su poder reprimido sobre este pobre hormiga? ¿Por qué yo tengo que escuchar su voz y usted no escucha la mía por más que grito y grito? ¡Qué pena! ¡Qué pena la mía! Solo puedo hablar el día 25, sólo el día 25, y además, no será escuchada. 
Pide este señor un cambio para Andalucía, ¡qué poco ha de quererla! si a mi me gusta como tal y como es. ¿Por qué la vamos a cambiar? Señor Arenas, Andalucía no es el problema, no es la que tiene que cambiar. Aquí el que tiene que cambiar es usted y sus jefes. Usted y su pensamiento envejecido, estancado y austero. Por eso señor Arenas, porque hay quien ve Arenas Movedizas, el camino es el Seguro. No es un juego de azar. 

Estoy cansado.    

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