"De vueltas" al colegio.

¿Dónde quedan aquellos años donde el señor Nacarino nos enseñaba las sumas y las restas? sobre todo nos mostraba aquella recta! Y bien recta que era la dichosa regla!  Hago memoria y recuerdo las ansias locas por acercarme a la mesa de los intocables. Aquella mesa reverenciada por los alumnos de D. Nacarino.

A mi memoria viene aquel momento en el que iba para la calle duque y flores con mi madre hacia el colegio y pagarle cinco duros al maestro, mientras ella me retorcía la oreja y yo me "upía" lo máximo posible para hacer más llevadero aquel tirón desgarrador. ¡Y eso que no era mal estudiante!

Por aquellos años, aprender el Teo 1, el Micho 2 o, por aquellos entonces, los maltratados manuscritos de mis manos, por desgracia costaba unos cuantos duros. Y eso  hace que apele a la educación actual. Aunque no en todos los centros privados y/o concertados, con el paso de los años, la educación se ha ido desgradando, envileciéndose, cada vez más . Ahora, el vestir pataloncito corto, un polo con escudo propio, calcetines hasta las rodillas y ponerse un babero chic o fashion, en ocasiones es perder en calidad de enseñanza. Y es que, señoras y señores, el árbol genealógico es extremadamente fácil aprender en un centro privado. La exclusividad del profesorado se mide por parentescos y no por currículos cargados de titulaciones y diplomas. La suerte, de "los amigos de", "primos de", "sobrinos de", viene dada por la grandeza de las prestaciones públicas del estado Español. Es decir, cada vez más, son "los allegados a" los que consiguen meter cabeza en las plantillas de los centros escolares privados, eso sí, han estudiado en centros universitarios públicos. Pues por aquí hay muchos de tarjeta visa, pero de boquilla. Vamos! que con el dinero mío, nuestro, se forman y con el "currículo" suyo se echa al bolsillo un puesto de trabajo de por vida. O sea, que legalmente esto está permitido, pero moralmente esto deja mucho que desear y la hipocresía de todo esto es que, dichos centros, ondean banderas cargadas de valores morales y poseen lemas como "igualdad", "solidaridad", "tolerancia", etcétera. dentro de sus planes de estudios.

Con este plan, no me extraña nada que los chavales y chavalas le "den la vuelta" al colegio. Y digo yo, si estamos hablando de educación, que es un derecho de todos los ciudadanos (al menos por ahora y, esperemos que siga así), ¿no debería el estado tener cierto control sobre las contrataciones en centros escolares privados y, más aun, sobre los concertados? 

Ahí queda eso!