Pa´el Parlamento, pa´Palma, pa´la Diputación, y como se descuide, pa´su casa. Pero esa queda cerca de la dipu!

Cuando Andy y Lucas salieron a la palestra artística con "carita morena", ¿quién nos iba a decir que estaban prediciendo el futuro de una pareja gaviotesca?

Últimamente los terrenos políticos están muy, pero que muy, revueltos. Esto me recuerda un poco a cuando yo era un hormiga pequeñito y todos los domingos iba a casa de mi abuela.

Recuerdo que tenía que recoger la cortinilla de colorines y flecos para entrar en casa. Bajaba un escalón y ya estaba en el comedor. Allí estaba ella, mi  yaya, de pelo canoso y fuerte, limpiando el polvo del mueble bar. Y cuando me veía, lo dejaba todo, se apresuraba hacia mis mejillas y me fusilaba con besos sonoros. Entonces, me agarraba la mano y, mirando al mueble bar y a todas las figuritas de "porcelana" barata que ya estaban recolocadas en su lugar, me preguntaba mientras sujetaba en su mano a la última de ella - Hormiguita, ¿dónde colocamos esta última muñequita Dolly Dingles?-. Yo me quedaba un poco pensativo y mientras me arrascaba la cabezota de forma brusca por mi confusión, le preguntaba a mi abuela - ¿Para que sirve?¿qué hace? ¿baila?- Y ella, me miró muy seria para después regalarme una de sus sonrisas más sutiles y decirme - no hijo, no baila. Pero, me da pena guardarla en el cajón-. Y mi abuela, sin mediar palabra, ponía la muñequita tras el retrato de la jura de bandera de mi abuelo para que no hiciera mucho "ruido" y desentonase con la nueva formación que le había dado al mueble bar. Y, allí, tras la sombra del retrato, la muñequita estaba expectante a todo. La suerte que tenía mi abuela es que esta muñequita "ni hablaba ni paulaba", mantenía el tipo, la pusiera a la sombra o al sol. Y es que, yo creo que, temía que la guardasen en el cajón de los trastos.

Por la noche, cuando apagábamos la luz, decía mi abuelita que oía murmurar, pero cuando llegaba el día, el mueble bar seguía tal y como ella lo había dejado al atardecer.